En nuestro reciente viaje de Madrid a Valencia en el Renfe Ave apreciamos numerosas turbinas de viento. Estos generadores producen voltaje suficiente para energizar pueblos aledaños, gracias a la energía eólica.
La forma de estas turbinas nos recuerda a los molinos de viento que se utilizaban en graneros para moler los granos, utilizando la energía eólica. Los molinos de viento dejaron de utilizarse cuando se comenzó a generar la energía eléctrica con los motores de combustión. Estos fueron reemplazados por maquinarias que hacían el trabajo más rápido y eficiente, sin tener que depender del viento.
La similitud de las turbinas eólicas actuales conservan de alguna manera la historia de los molinos de viento, que una vez inspiraron a Cervantes en su novela Don Quijote de la Mancha.
Hoy en día son muchos los países que invierten en esta tecnología capaz de generar energía constantemente. Unos días producen más energía dependiendo de la acción del viento, pero sin dudas, se consigue generar energía dejando menos residuos contaminantes para todos.